Suele argumentarse que, elegir la opción de mayor inversión, a la larga resulta "más económico".
Para hacer tal afirmación habría que considerar en las alternativas todos los costos correspondientes, como la inversión inicial por supuesto, pero también los costos de operación y de mantenimiento estimados durante la vida útil del proyecto. Estaría incompleto un análisis sino tomamos en cuenta los beneficios generados en cada opción.
Ambos datos nos permitirán calcular el beneficio neto, de tal manera que puedan compararse objetivamente dichas alternativas. Y así elegir la más rentable.